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¿Cómo empezó la música fuera de casa? Historia de los reproductores

reproductores MP3 música - Celside Magazine

Hoy en día hay muchas formas de escuchar música. Existen los altavoces inalámbricos y también reproductores MP3. Incluso podemos llevar nuestras canciones preferidas en el móvil que funciona también como reproductor de música. Todo esto, que parece muy normal, es el resultado de una larga historia de desarrollo tecnológico. Algo que empezó con avances básicos que con el tiempo se han vuelto cada vez más sofisticados.

Justamente para conocer la historia detrás de los reproductores de música hemos preparado este artículo. En él te contamos cómo comenzó todo y te ofrecemos detalles interesantes sobre aquellos dispositivos que hoy nos parecen tan cotidianos.

Un paseo por la historia

Para comenzar a hablar de la historia de los reproductores de música nos tenemos que remitir a uno de los primeros y más clásicos, el fonógrafo. Un artefacto creado por Thomas A. Edison en el año 1877 y que funcionaba gracias a un cilindro y una aguja. La creación evolucionó y se transformó en el Gramófono, desarrollado por Emile Berliner en 1888 y que introdujo la posibilidad de usar discos planos para reproducir la música. Lo que posteriormente permitió la creación del tocadiscos.

Sin embargo, la revolución musical comenzó con la llegada del cassette, inventado por Philips en 1962. Esto fue el momento en que la música ya no solo dependía de aparatos estáticos, sino de dispositivos que se podían transportar con más facilidad.

Pero la cosa no se quedó ahí. En 1979 Sony creó el Walkman, que facilitó de manera definitiva el transporte de los reproductores de música. Usaban pilas y gracias a unos auriculares nos permitían llevar nuestra música preferida a todas partes.

El mundo tecnológico siguió avanzando y en el año 1990 aparecieron los discos compactos. Con un tamaño reducido y mayor capacidad de almacenamiento. Lo que permitió la aparición de los Discman, dispositivos en donde se podían reproducir los discos compactos.

La aparición del reproductor MP3

Sin embargo, el hito más importante en la digitalización de la música fue la aparición del formato MP3. Un formato digital con patentes que existían desde 1987, pero que no se aplicaron hasta 1995 cuando Karlheinz Brandenburg, ingeniero de sonido, las utilizó para confirmar la efectividad del formato.

Cabe señalar que MP3 es el nombre corto para la compresión de audio MPEG Audio Layer III, que permite convertir las señales de sonido en un código que luego puede ser leído por el reproductor de MP3.

Al digitalizar la música ya no fue necesario utilizar discos, casetes o utilizar dispositivos de gran tamaño. Los reproductores de MP3 eran pequeños y con la memoria suficiente para almacenar muchas canciones sin problema.

Por lo mismo, distintos fabricantes aprovecharon el tirón y ofrecieron sus propios reproductores. Compañías como Sony, Samsung lanzaron al mercado los suyos, al igual que Apple que entró en escena con el iPod, estrenado en el 2001.

La llegada de las plataformas de streaming

Cuando apareció el MP3, tiempo después aparecieron otros formatos como WAV, AIFF, WMA o FLAC, entre muchos otros. Pero el salto a la digitalización de la música ya era un hecho. Por lo mismo, fue solo cuestión de tiempo que aparecieran páginas web o plataformas que facilitaran el acceso a archivos MP3. Aquí podemos recordar proyectos como el de Napster, que permitía compartir archivos MP3 con un sistema peer-to-peer.

Con el tiempo, y dado que los proyectos peer-to-peer tenían serios problemas legales que tenían que ver con la vulneración de los derechos de autor, se cerraron. Lo que llevó a la aparición de las plataformas de streaming legal que conocemos hoy en día, como Spotify, Deezer, YouTube Music o Apple Music.

Reproducción de música en dispositivos inalámbricos

La aparición de las plataformas de streaming abrió las puertas a enormes bibliotecas de contenido musical que, en la mayoría de los casos, ni siquiera exigen la descarga del archivo. Se pueden escuchar directamente en dispositivos conectados como ordenadores, tabletas, móviles y altavoces inteligentes. Incluso se puede escuchar música en el coche.

Aquí el factor clave para escuchar la música en cualquier sitio fue la aparición de los dispositivos inalámbricos. Ese fue el comienzo real de la historia de la música inalámbrica y que hasta el día de hoy sigue estando vigente. Con reproductores y auriculares inalámbricos conectados mediante sistemas Bluetooth o Wi-Fi que permiten el acceso a los catálogos de las plataformas de música más importantes.

A todo esto, hay que añadir el desarrollo de los asistentes personales como Alexa de Amazon o el Asistente de Google. Asistentes virtuales que ya vienen incorporados en altavoces inteligentes y móviles y que podemos controlar mediante comandos de voz para oír la música que queremos.

Todos estos factores, sumado a la multitud de apps para escuchar música, el reproductor MP3 y el reproductor de música incorporado en nuestros móviles, nos ha llevado al escenario actual en donde los sistemas para oír canciones se han vuelto sofisticados, cómodos y accesibles para la mayoría de las personas. En donde estamos viviendo una verdadera revolución de la música y sus reproductores.

Foto de Batu Gezer en Unsplash

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