European Environmental Bureau (EEB) es una red que reúne a varias organizaciones medioambientales a nivel mundial y que cuenta con apoyo ciudadano en más de 30 países. Fue fundada en el año 1974 y su función es concienciar sobre el medio ambiente y las mejoras necesarias para mantener su equilibrio.
En septiembre de este año, la EEB elaboró un informe en donde señala el impacto que produce a nivel medioambiental la fabricación de diversos dispositivos electrónicos, como lavadoras, móviles y ordenadores. Esto, debido a que durante la fabricación de estos productos se generan importantes cantidades de CO2, resultado de la producción y el uso de materiales críticos.
Para contaminar menos, un smartphone debería alargar su vida útil
Uno de los puntos relevantes del estudio y que invita a la reflexión, es que para reducir la producción de CO2 en el planeta, los móviles deberían pasar de tener una vida útil de 3 años (la que tienen ahora) a nada más ni nada menos que 25 años, por lo bajo.
Es decir, la fabricación de este tipo de dispositivos debería espaciarse para así prevenir el aumento sostenido de producción de CO2 que terminaría afectando de manera global el equilibrio medioambiental. Algo que por supuesto se contradice con el escenario actual en donde la fabricación de móviles parece no parar.
Otro de los puntos importantes tocados por el informe de la EEB es que la mejora de los procesadores en móviles y ordenadores llevará a un mayor consumo de energía a nivel global, algo que también se debe tener en consideración.
En el caso de los ordenadores, se estima que con una mejora en la eficiencia de fabricación se podría alcanzar una vida útil de 20 y 44 años, para reducir lo más posible la generación de C02 en el ambiente.
Móviles y ordenadores reparables y actualizables
La EEB ha sido bastante enfática en señalar que debe haber un cambio en la mentalidad de los fabricantes de dispositivos para ofrecer productos que se puedan reparar y extender su vida útil, sin necesidad de comprar otros
Esto permitiría cumplir con las metas propuestas por el informe y que están dirigidas a reducir primero la producción de CO2 y a optimizar el uso de la energía a nivel global.