Reconocimiento facial en espacios públicos: la UE plantea restricciones temporales por cuestiones de seguridad

Diversos medios especializados, como Bloomberg o Reuters, han tenido acceso a un documento oficial de la Unión Europa en donde se hace evidente el interés por pararle los pies a la tecnología de reconocimiento facial. Eso sí, es importante matizar algunas cosas.
Primero, el libro blanco al cual se ha tenido acceso es apenas un borrador. Por tanto, varias de sus propuestas y normativas podrían cambiar con el tiempo.
Segundo, este tema no es nuevo y tiene mucho que ver con el interés por proteger la privacidad de las personas. Más, en tiempos en donde escándalos como los de Cambridge Analytica han mermado la confianza hacia los sistemas de recogida de información.
En este caso, la UE siempre ha velado por la privacidad de los usuarios. Por tanto, no es extraño que los mayores controles y precauciones con los datos privados apliquen a países de su jurisdicción.
Un veto de cinco años para repensar el tema
Varios medios han indicado que la Unión Europea planea vetar de forma implacable el uso de sistemas de reconocimiento facial dentro de su territorio. Pero esta noticia también requiere matices.
Según el informe que se ha movido entre diversos medios, la intención de la Unión Europea no es paralizar de forma permanente el avance del reconocimiento facial. Al contrario, busca profundizar en su estudio para así garantizar un avance seguro y sin incidencias.
Entonces, dentro de estas medidas, está la de prohibir durante tres o cinco años el uso de sistemas de reconocimiento facial en lugares públicos. Esto, por supuesto, no frena en absoluto su desarrollo en fábricas y laboratorios. Sitios en donde se deberán ofrecer las garantías y gestionar los riesgos, antes de su salida al mundo europeo.
La UE y la defensa de los derechos fundamentales
La clave para entender la propuesta de la UE en estos temas, es la extrema cautela que existe con la defensa de los derechos fundamentales. Esto, además, busca marcar una diferencia a nivel mundial, en donde otros países fuera de la UE se muestran mucho más laxos con este asunto. Todo esto reforzado por la promesa de Ursula von der Leyen, nueva presidenta de la Comisión Europea. Al asumir el cargo, Leyen se comprometió a presentar una serie de propuestas para normalizar el uso de los sistemas de reconocimiento facial y el uso ético de la inteligencia artificial.
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