Los coches eléctricos son una realidad y se van abriendo camino en la industria automotriz. Algo que no solo favorece a sus dueños, sino al medioambiente. Esto, gracias a la utilización de una fuente de energía limpia que traerá muchos beneficios a todas las ciudades del mundo.
Sin embargo, para incentivar el uso de los coches eléctricos es necesario contar con la infraestructura necesaria. Como, por ejemplo, estaciones de carga que funcionen de la misma forma en que lo hacen las estaciones de servicio para coches que usan derivados del petróleo.
Otra cosa importante son los tiempos de carga que necesita un coche eléctrico para funcionar. Actualmente pueden cargarse en 2 horas o 70 minutos si es un modelo Tesla. Pero estos tiempos no son suficientes para un futuro en donde el aumento de los coches eléctricos puede producir atascos importantes en las estaciones de servicio.
Por lo mismo, se hace indispensable reducir los tiempos de carga. Algo que actualmente está en desarrollo y que, afortunadamente, ya está dando muy buenos resultados.
La carga rápida de coches eléctricos está cada vez más cerca
Rachid Yazami es un científico, ingeniero e inventor marroquí, reconocido por su importante papel en el desarrollo de las baterías de iones de litio y su investigación sobre las baterías de iones de fluoruro. Lejos de retirarse del estudio en estas materias, siguen profundizando y estudiando una forma de reducir el tiempo de carga de las baterías de coches eléctricos.
Sus esfuerzos, por supuesto, no han sido en vano. A la fecha ha sido capaz de crear una nueva tecnología de carga que permitiría reducir los tiempos de carga, además de ralentizar la degradación de la batería.
Cabe señalar que ya existían iniciativas destinadas a reducir los tiempos de carga de estas baterías, pero estas se enfrentaban al problema de la degradación. Esto, porque al aplicar mucha energía para acelerar la carga, se sacrificaba la vida útil de la batería que sufría mucho estrés durante el proceso.
Yazami ha resuelto el tema cambiando el planteamiento de la recarga. En vez de estresar a la batería, aportando mucha energía en poco tiempo para acelerar la recarga, lo que ha hecho es tratarla mejor. Él mismo lo dice en un reportaje para el medio especializado The Register: “tienes que hacer feliz a la batería”.
El método Yazami
Rachid Yazami explica que su nuevo procedimiento modifica el voltaje a la que se realiza la recarga. De esta forma, en vez de enfocarse en aportar mucha energía de un tirón, lo que hace es otorgar lo necesario para cada hito de recarga. Esto, porque a medida que la batería se va recargando, no necesita la misma energía que al inicio de la recarga.
De esta forma, Yazami no estresa a la batería y retrasa su tiempo de degradación. Así cumple con dos objetivos importantes: rapidez de carga y aumento de la vida útil.
De hecho, los tiempos de carga se podrían reducir a unos increíbles 10 minutos. Lo que sería un hito tecnológico que abriría las puertas de par en par al uso de coches eléctricos en grandes ciudades en donde el tiempo apremia.
El científico explica, además, que estos beneficios se producen porque evita exponer la batería a altas temperaturas y tensiones de corriente que hacen mucho daño a los componentes internos de la misma. Algo que, además, aumenta la seguridad en carretera, evitando explosiones de baterías por sobrecalentamiento.
¿Y qué pasa con la densidad de energía?
Otro de los retos señalados por Yazami es aumentar la densidad de energía de la batería. Que es la cantidad total de energía que puede acumular una batería después de una carta completa.
Si este factor aumenta se obtendrá una mayor autonomía en carretera, con coches eléctricos que podrán funcionar durante mucho más tiempo antes de necesitar una recarga. Sin embargo, el proceso genera inestabilidad, afectando la seguridad y la vida útil de la batería, por lo que la solución pasa por respetar estos factores.
Aun así y aunque el dilema de la densidad de energía aún está en desarrollo, ya podemos confiar en que la meta de lograr cargas rápidas es algo completamente viable.
Foto de Waldemar Brandt en Unsplash