A la persona que creó los sistemas de suscripciones de pago deberían darle un premio. Esto, porque es uno de los sistemas más usados actualmente para acceder a todo tipo de servicios. Desde contenido en streaming, noticias y hasta acceso a videojuegos. La lista de servicios a los que podemos acceder mediante suscripción es tan amplia que no cabrían todas en un solo artículo.
Sin embargo, este sistema que parece tan útil no siempre lo es. En el peor de los casos, puede transformarse en un arma de doble filo que nos mantiene pagando por servicios que ni siquiera usamos.
Esto se produce porque las suscripciones de pago funcionan de forma automatizada. En donde el sistema registra nuestros datos de tarjeta o de cuenta de banco por única vez, para luego funcionar como una domiciliación. Es decir, nos descuentan la cuota mensual de forma automática y sin pedirnos más registros o autorizaciones.
Para evitar caer en el bucle de las suscripciones de pago innecesarias podemos adoptar algunas conductas que nos ayudarán a seleccionar aquellas que realmente nos importan. A continuación te contamos cuáles son.
Coge la calculadora y haz un listado de todas tus suscripciones
El ejercicio más importante para darse cuenta de cuánto estamos pagando es hacer un listado con todas las suscripciones de pago que tenemos activas. Esto te servirá para tomar real conciencia del dinero que te estás dejando en este tipo de servicios. Un dinero que de seguro se puede destinar a otras cosas mucho más útiles y necesarias en tu vida.
Quédate solo con las suscripciones que usas de forma periódica
Si te das cuenta de que la última vez que usaste un servicio por suscripción fue hace más de 2 meses, es hora de deshacerse de él. Lo ideal es conservar aquellos que realmente son útiles o que utilizamos para trabajar.
Por ejemplo, es comprensible que pagues por una suscripción mensual para un programa de diseño gráfico si te dedicas a ello y varias veces al mes utilizas el programa para hacer tus trabajos. Sin embargo, no es comprensible que tengas una suscripción a una plataforma de juegos en donde la última vez que jugaste fue hace un mes o más tiempo.
Esto aplica también a suscripciones de pago para cursos online o contenido variado en línea. Si te das cuenta de que no estás completando los cursos o que no estás revisando de manera continua los vídeos del influencer que llamó tu atención y te coló una suscripción de pago, lo razonable es que lo canceles.
Plantearse compartir cuenta con algún familiar o amigo
Algunos servicios de suscripción de pago admiten perfiles compartidos con otras personas. Por lo tanto, puedes aprovechar este sistema para negociar con algún amigo o familiar el compartir una sola cuenta para un servicio. Esto suele ser común en plataformas de streaming como Netflix o Prime Video.
De esta forma puedes compartir gastos en aquellas plataformas que usas habitualmente. Sin necesidad de pagar tú solo toda la suscripción. Algo que te ayudará a ahorrar y conservar aquellas suscripciones importantes para ti.
Buscar alternativas gratuitas
Tener una suscripción de pago no siempre es algo indispensable. Especialmente cuando un determinado servicio tiene un sistema de uso gratuito.
Eso sí, hay que tener claro que los sistemas gratuitos suelen tener algunas limitaciones que no te permitirán acceder a todos los beneficios de determinada plataforma.
Por ejemplo, si quieres crear unos diseños para tu web de forma esporádica, hay muchos programas que ofrecen períodos de prueba que te servirán para completar lo que tienes que hacer. Sin embargo, si eres diseñador profesional y necesitas todas las herramientas disponibles de forma permanente, lo mejor será pagar por una suscripción mensual.
Lo mismo ocurre con las plataformas de música. Por ejemplo, Spotify cuenta con un plan gratuito en donde puedes oír música de manera ilimitada. Eso sí, con anuncios y sin posibilidad de descargar contenidos. Para obtener más beneficios tienes que pagar uno de los planes mensuales disponibles.
Alquilar películas online
Si no usas plataformas de streaming de manera permanente para ver películas o series, debes saber que muchas compañías cuentan con una tienda online para alquilarlas de manera puntual.
Google, Microsoft y Prime Video cuentan con un sistema de alquiler que te permite ver contenido de vez en cuando y sin necesidad de tener una suscripción. Los precios por alquiler varían y pueden ir desde 0,99 euros a los 4 euros, dependiendo de si el material acaba de ser estrenado. En este caso, se te pedirán tus datos de tarjeta, pagarás el importe por el material que vas a visualizar y nada más. No habrá cobro recurrente ni necesidad de suscribirse.
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