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¿De verdad suenan mejor los vinilos? ¿Hipster o melómano?

Vinilo - Celside Magazine

En un mundo tecnológico en donde hay muchas maneras de escuchar música, todas sofisticadas y muy modernas, resulta bastante curioso que los discos de vinilo vuelvan a tener popularidad. Con mayor motivo, considerando que para algunos el vinilo es una antigüedad o directamente un artefacto de la prehistoria.

En el siguiente artículo te contamos un poco más sobre este tipo de discos y por qué ha crecido el interés por hacerse con ellos.

¿Qué es un disco de vinilo?

Es un medio de almacenamiento analógico que permite guardar sonidos. Su soporte está fabricado en un plástico llamado cloruro de polivinilo y tiene forma circular. De ahí que se le conozca de manera popular como disco de vinilo.

Fue introducido en el mercado de la música en el año 1948 por el sello discográfico Columbia Records, en Estados Unidos. Su aparición, en ese tiempo, se consideró una versión mejorada de los 78 RPM, el primer formato de disco para gramófono.

La fabricación del disco de vinilo consta de una placa circular que lleva en ambas caras un surco en espiral. El sonido es grabado y codificado en el material de forma analógica.

Los primeros discos para gramófono tenían una velocidad de giro de 78 RPM (revoluciones por minuto). Sin embargo, otra opción son los vinilos que aparecieron después y que ofrecían un giro más lento de 45 RPM. Esto produjo que la duración de la grabación por lado se pudiera extender a más de 30 minutos.

¿Por qué las ventas de discos de vinilos han aumentado?

En un mundo dominado por los formatos mp3, FLAC o WMA, parece paradójico que la venta de discos de vinilo esté en aumento. Por algún extraño motivo, ha habido un resurgimiento de este tipo de formato. Algo que podría explicarse por el regreso de lo vintage, pero también por causas técnicas que algunos melómanos han querido esgrimir para justificar la supremacía de este formato por sobre otros más modernos.

Lo cierto es que los números no mienten. La venta de este tipo de discos ha ido subiendo desde que aparecieron plataformas de música en streaming como Spotify, Apple Music, Deezer o Tidal.

La alternativa vintage

Cabe recordar que en 2017 las ventas provenientes de los servicios de streaming superaban por primera vez la venta de los formatos físicos y las descargas online. Al mismo tiempo, los discos de vinilo emergían como una alternativa vintage que, para muchos, se transformó en un bastión de resistencia ante el incontrolable avance de los formatos digitales.

Los datos duros ofrecidos por el informe anual de Global Music Report en 2018 también apuntan a que los vinilos representan el 3,7% de las ventas de la música y suponen el 12,2% de la facturación de las tiendas especializadas.

Visto así, el disco de vinilo está lejos de desaparecer. Al contrario, parece haber conquistado a una parte de la población que ha permitido que compañías como GZ Media, referente en la fabricación de estos discos, vuelvan a tener una facturación anual bastante generosa.

Por lo mismo, los motivos por los que las ventas de discos de vinilo han aumentado parecen ser una combinación de causas. Por un lado, la masificación de la música gracias a las plataformas de streaming. Por otro lado, el interés de ir a contracorriente y recuperar la experiencia ritual que significa oír música en este formato. Un intento de rescatar una parte de la historia de la música que se considera valiosa y hasta chic.

¿En verdad suena mejor un disco de vinilo que un CD o un MP3?

Introducirse en el argumento técnico para defender el disco de vinilo y anunciar que es mucho mejor que un CD o un MP3 es un tema delicado. Esto, porque en esta idea se involucra, por sobre todo, la sensibilidad musical de las personas. Gustos que no siempre son idénticos y que no se pueden medir de la misma forma.

Así, por ejemplo, el veredicto de que un disco de vinilo suena mucho mejor que un CD u otro formato es, técnicamente discutible. Esto, porque las diferencias que se aprecian entre unos formatos y otros depende del gusto específico de quién oye el sonido.

Lo cierto es que la configuración y fabricación de los discos de vinilo permite la reproducción de un sonido que muchos interpretan como fiel al original. Es decir, al sitio y momento en que fue grabado. Siendo el sonido comprimido de un CD u otro formato, una especie de especulación digital que transforma el original en algo enlatado y poco natural. Esto, al menos, para los que defienden el vinilo.

Pero en la realidad, los CD y resto de formatos han demostrado que pueden igualar y mejorar mucho el sonido. Eliminando, por ejemplo, esas clásicas distorsiones o sonido de fondo típico de los discos de vinilo. Algo que para unos es una muestra de su fidelidad sonora, mientras que para otros es un fallo técnico en la captación del sonido durante la grabación del vinilo.

Rango dinámico

De hecho, el punto de discusión más importante en la lucha entre el disco de vinilo y el resto de los formatos es el rango dinámico. El vinilo ofrece un rango dinámico limitado que aunque parece recortar los agudos, permite obtener una grabación final cálida y natural. A diferencia de un CD que con un rango dinámico distinto puede ofrecer un sonido más limpio, pero con menos magia.

La realidad es que coger un álbum de Jimi Hendrix y escucharlo con un vinilo no será para nada parecido a la experiencia usando un reproductor MP3 o un equipo de música moderno.

Sea como sea, es imposible responder con total certeza qué formato es mejor. Porque lo que para unos es un perjuicio en los discos de vinilo (ruido de fondo, distorsión, rango dinámico limitado), para otros es el punto clave que les da sentido y superioridad por sobre otros formatos. Siendo así, una cuestión de gustos personales, más que una lucha técnica y equilibrada.

La importancia de elegir un buen tocadiscos

Más allá de las cuestiones técnicas que inclinan a algunos a elegir un disco de vinilo por sobre otros formatos, lo cierto es que hay una experiencia ritual que encanta. No solo cuando se adquiere un disco de estas características, sino también cuando se pone en un tocadiscos.

Por lo mismo, hacerse con un tocadiscos no es cualquier cosa. Es un evento que debe ser analizado con mucho cuidado.

Dentro de los factores más importantes a considerar cuando compramos uno están:

La base

La base es toda la estructura que sostiene el mecanismo en donde el disco va a girar para su reproducción. Por norma general, la base debe pesar para ofrecer estabilidad y evitar que el disco vibre mientras gire. Además, el tocadiscos debe contar con pies de goma firmes que permitan anclar en cualquier superficie plana sin que este resbale o se mueva de un sitio a otro.

El plato

Esta es la zona en donde vamos a poner el disco y que consta de una serie de mecanismos que harán girar el vinilo.

Dentro de los mecanismos conocidos tenemos los de tracción directa, que ofrecen durabilidad, movimiento uniforme y sistema silencioso. Por otro lado, tenemos los de correa. Baratos, pero con menos durabilidad.

Finalmente, tenemos los de polea. Eficientes en la velocidad de reproducción, pero no tan durables como los de tracción directa. Además, ofrecen más ruido de fondo y pueden resultar difíciles de reparar.

El motor

La mayoría de motores en los tocadiscos son de corriente continua. Que, de hecho, son los más eficientes para ofrecer un giro mecánico constante y sin atascos.

La aguja

La aguja es aquella parte que toca directamente el disco de vinilo para leer la información que hay en él. La aguja forma parte de la cápsula fonocaptora, que es la pequeña caja que podemos ver en el extremo del brazo del tocadiscos. Hay dos tipos de cápsula. Las de imán y las de bobina móvil. Si buscamos máxima precisión en la reproducción lo ideal es elegir agujas integradas con el segundo sistema.

El brazo

Es la estructura que sostiene la cápsula fonocaptora y que permite pinchar el disco cuando esté está en la posición adecuada. Existen los brazos automáticos y los manuales.

En este caso, la elección del brazo es completamente personal. El sistema manual nos permite tratar con cuidado el disco antes de ponerlo, pero implica un proceso más lento. El sistema automático nos evita tener que poner el disco en posición y calibrarlo, aunque puede agitar el disco de forma menos suave y hacer que este tenga un desgaste mayor con la manipulación mecánica.

Precio de los tocadiscos

El precio de los tocadiscos vinilo es bastante relativo y amplio. Podemos encontrar algunos por menos de 100 euros, mientras que los modelos premium pueden superar con facilidad los 1.000 euros.

Habitualmente, los modelos premium mezclan lo analógico con las últimas opciones de conectividad como Bluetooth aptX HD. Algunos permiten oír la música sin auriculares, mientras que otros ofrecen puertos de entrada para conectar cascos. También influye el material de fabricación, siendo los de madera los más caros y elegantes.Si eres amante de lo vintage y estás en el grupo de aquellos que defienden la calidad de los discos de vinilo, es el momento ideal para hacerte con ellos y aprovechar el tirón para comprar un tocadiscos. Eso, porque el vinilo ha vuelto en gloria y majestad y no tiene pinta de querer irse. Algo que, más allá de las discusiones técnicas, enriquece y otorga mucha más diversidad al mundo de la música.

Foto de Adam Przeniewski en Unsplash

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