La Unión Europea lleva tiempo apostando por la economía circular y anunciando medidas para favorecer la reparabilidad de los productos y así evitar el aumento de desechos electrónicos. Una de las más recientes es la decisión de extender la garantía de los productos de consumo. Algo que, en otros tiempos, era bastante limitado y exigía una serie de trámites y condiciones para exigir devoluciones y reembolsos.
Ahora, con la nueva normativa, los tiempos de garantía se extienden y favorecen la reparación de equipos y dispositivos conectados. Se añaden, además, otras buenas noticias para el consumidor y que te explicamos en el siguiente artículo.
¿Qué es la economía circular?
La economía circular es un sistema de producción y consumo enfocado en la sostenibilidad. Sus principales metas son optimizar el uso de recursos, reducir el uso de materias primas y potenciar el reciclaje. La idea final es promover la reutilización de las cosas para reducir así la cantidad de basura a nivel mundial.
Este modelo pretende luchar contra la economía lineal, que es lo que se ha estado aplicando en las últimas décadas. Un sistema enfocado en extraer materias primas, producir, consumir y tirar. Algo que se ha traducido en un grave problema mundial. Como lo que sucede, por ejemplo, con las enormes cantidades de basura electrónica que se producen anualmente. Material que cuesta reciclar y que, en muchos casos, implica peligro e incluso el empeoramiento de la calidad de vida de áreas geográficas completas.
La economía circular considera 7 principios fundamentales. Estos son rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, reciclar y recuperar. Todos enfocados en la producción sostenible.
Sin embargo, uno de ellos ha producido una serie de reformas importantes relacionadas con la forma en que los fabricantes de productos electrónicos ofrecen sus respectivas garantías.
El derecho a reparar
El derecho a reparar es el nombre que recibe la normativa aprobada por la UE en noviembre del 2020 y que establece nuevas condiciones para el tratamiento de los productos electrónicos con desperfectos o fallos producidos por el desgaste. La idea final del documento es incentivar la reutilización de los productos cuando esto aún sea posible. Evitando así la compra indiscriminada y la producción de basura electrónica.
La nueva ley entró en vigor el día 1 de marzo del 2021 y se ejecuta como un plan maestro para acabar con la obsolescencia programada.
¿Qué es la obsolescencia programada?
En un sistema de producción en donde el fabricante decide la fecha de caducidad de su producto, ajustando o limitando algunas funciones. De esta manera, obliga a reemplazar el producto en un tiempo determinado, sin ofrecer opciones de reparación. Eventualmente, y en caso de ofrecer esta opción, el proceso suele ser bastante complicado.
La idea central de este modelo de negocio es incentivar el consumo de productos nuevos para mantener al fabricante en un flujo constante de ventas. Debilitando el apartado de reparación de productos que, en este caso, iría en contra del lema usar y tirar que domina en los sistemas de obsolescencia programada.
Cómo afecta el derecho a reparar a los fabricantes y consumidores
Desde que el derecho a reparar fue instaurado en la Unión Europea, ha habido una serie de cambios legales. Muchos se enfocan en la forma en que los fabricantes deben ofrecer sus servicios a través del servicio técnico. Siendo una de las medidas más importantes la relacionada con los tiempos de garantía para cada producto.
De este modo, los fabricantes se ven obligados a extender los tiempos de garantía. Al mismo tiempo, los consumidores pueden acceder a facilidades para reparar o reemplazar ciertos productos, utilizando como guía el índice de reparabilidad.
¿Qué es el índice de reparabilidad?
El índice de reparabilidad fue anunciado en España en marzo del año pasado y su aplicación es bastante sencilla. Implica un sistema de etiquetado en los productos electrónicos que indica la facilidad con la que el producto puede ser reparado.
El valor va de 1 a 10, siendo el 10 una señal de que el producto cumple con todos los requerimientos necesarios y que, además, es fácil de reparar. Siendo las calificaciones más bajas indicativas de un producto con bajo nivel de reparación.
¡Sorpresa! El iPhone es difícil de reparar
La primera polémica producida por la implementación del índice de reparabilidad a nivel europeo ocurrió en Francia.
La sorpresa ocurrió cuando Apple se vio obligada a informar el proceso de fabricación del iPhone, dando este una nota de 6 sobre 10. Una califiación que, por cierto, no es nada bueno.
Pese a la baja puntuación, la noticia no fue tan sorprendente considerando que la compañía de la manzana siempre ha sido criticada por su hermetismo en los procesos de fabricación y por la dificultad inherente de sus productos a la hora de ser reparados.
Apple, por otro lado, se defiende diciendo que la dificultad de abrir y reparar sus productos responde más bien a la protección de la marca contra el pirateo y a la usurpación de su tecnología para ser aplicada en otros productos.
Sea como sea, la polémica de Apple dejó en evidencia una verdad incómoda. Muchos fabricantes habían vuelto sus sistemas de fabricación herméticos y complejos para obstaculizar así su reparación e incentivar la compra de productos nuevos.
Garantía de productos y los cambios en la normativa europea
Inicialmente, cuando la normativa del derecho a reparar se implantó en la UE, se establecieron tiempos de garantía que con el tiempo han ido cambiando.
En un principio se ofrecían 2 años de garantía legal que se sumaban al año de garantía del fabricante. Sin embargo, en una de las últimas actualizaciones de la ley, el tiempo de garantía legal se ha extendido a 3 años.
Por otro lado, los fabricantes deberán ofrecer piezas de repuesto durante un límite de 10 años y no 5 como se hacía antiguamente. Todos estos cambios entraron en vigor el 1 de enero del 2022.
Mención aparte merece el apartado dedicado a la falta de conformidad con el producto. En la antigua normativa el tiempo para invocar esta condición era de 6 meses para el consumidor. Sin embargo, ahora el tiempo se extiende a 2 años. Lapso en donde el que compra el producto puede devolverlo sin necesidad de presentar una carga de prueba.
Todo esto, por supuesto, son buenas noticias para las personas de a pie que tendrán mayores facilidades para reparar sus productos. Evitando así trámites complicados y obstáculos a la hora de exigir sus derechos en lo que respecta a los productos de consumo.
Tres años de garantía para los productos en España
Los nuevos tiempos de garantía en España están activos desde el 1 de enero de este año. La información completa aparece publicada en el Real Decreto Ley 7/2021 del día 27 de abril.
Por otro lado, algunos fabricantes ya han actualizado sus políticas de garantía y devolución. Apple, por ejemplo, ya ha publicado un nuevo documento en su página oficial en donde hace referencia al nuevo límite de garantía de 3 años.
Por otro lado, es importante aclarar que la garantía de 3 años aplica a todos los productos comprados a partir del día 1 de enero del 2022, sin ser una medida retroactiva.
Por lo mismo, si has comprado un iPhone o cualquier otro producto electrónico antes del 1 de enero de este año, los límites de garantía aplicados serán los de la normativa anterior. Es decir, dos años más el tiempo de garantía ofrecido por el fabricante.
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